"El Último Cónclave"
"El Último Cónclave" El cielo sobre la Tierra se había cerrado. Ya no había estaciones. Solo un invierno sin viento, sin vida. El sol, velado por un velo gris perpetuo, ya no calentaba, solo observaba. Y la luna, ahora roja y sin fases, se mantenía fija en lo alto, como un ojo testigo de lo irremediable. Desde el Vaticano, el Pontífice Caído extendía su dominio no por guerras, sino por aceptación. Los pueblos no resistían: se entregaban. Al principio, por miedo. Luego, por revelación. Al final, por adoración. Se construyeron nuevas catedrales, negras como el vacío. Las campanas sonaban hacia adentro, haciendo vibrar el alma. Los rezos eran lamentos. Los cánticos, gritos de antiguas bestias. Y el nombre de Dios, el verdadero, no podía ya ser pronunciado: la lengua se enredaba, la voz se quebraba, la mente se vaciaba. Pero aún quedaban algunos. Resistentes. Apóstoles del último aliento. Monjes, herejes, científicos y místicos. Unidos no por fe, sino por memoria. En las...